"El lenguaje constituye uno de los componentes fundamentales a partir de los cuales construimos nuestros modelos mentales del mundo y puede ejercer una tremenda influencia sobre el modo en que percibimos la realidad y respondemos ante ella"
-Robert Dilts
Hace un par de años, cuando estaba pasando por una pequeña crisis económica, una amiga me hizo la observación de que cada vez que me invitaban para ir a tomar un café o salir a cenar, mi primera respuesta era "no tengo dinero"; por supuesto que esto se veía reflejado en mi vida y me sentía constantemente amenazada y estresada por la imposibilidad de conseguirlo.
Entonces un día me preguntó ¿cuando dices que no tienes dinero, eso es verdad, no tienes ni un sólo peso en la cartera?, a lo que respondí "sí tengo, claro que tengo aunque sea $10". Entonces eso que decía de que "no tengo dinero" no era verdad, sin embargo era algo que repetía inconscientemente, sin darme cuenta que detrás de esa expresión verbal, se escondían un sinfín de creencias con respecto al dinero , que en realidad eran las que me estaban frenando para conseguir más de lo que tenía en ese momento (hablo de dinero pero en realidad esto puede aplicar a cualquier otra circunstancia de nuestra vida).
Comencé entonces poco a poco, la verdad es que al principio sin tener todavía demasiada conciencia del poder de las palabras y los pensamientos, a cuestionar mis creencias, pero a la par recibí una sugerencia: dejar de decir que "no tengo dinero". Obedecí, lo dejé de hacer, en lugar eso, por ejemplo, si me invitaban a salir al cine , en lugar de decir "no tengo dinero" decía: "en este momento decido gastar ese dinero que tengo en completar para el cable" o "prefiero pagar la gasolina , muchas gracias". Esa simple acción, en un inicio me hizo recuperar mi poder ante lo que percibía como una creencia que estaba fuera de mi alcance. Con el paso del tiempo me fue acercando cada vez más a la abundancia y a obtener logros concretos en cuanto al aumento de mis ganancias.
Otro buen ejemplo, que puede ser algo con lo que se identifiquen, es el uso de las expresiones que a mi me gusta llamar absolutismos: todos, nadie, nunca , siempre. Solemos generalizar y tras la generalización , limitar nuestras posiblidades. Cuando decimos "nunca me va bien" ¿es esto cierto? , ¿en toda la vida que llevas viviendo, nunca jamás, ni una sola vez te ha ido bien en la vida?, ¿ a qué te lleva el pensar esto?, ¿qué consecuencias ha tenido este pensamiento en tu vida?.
Solemos también usar mucho la expresión "lo voy a intentar" o "voy a tratar", pero cuando decimos esto, en realidad lo que estamos haciendo es justificar nuestra falta de compromiso, si las cosas no funcionan o no las hago no hay problema, porque no dije que las iba a hacer, dije que lo iba a intentar. En coaching procuramos evitar este tipo de verbalizaciones, es importante comprometerse: lo haces o no haces, decir que vas a tratar es igual a no hacerlo. Cuando cambias esto por un "lo haré" o "no lo haré" (se vale también decir que no), tu cerebro recibe una orden directa y prefiere llevar a cabo la acción que tener que pasar por la "disonancia" que conlleva el decir algo que no coincide con la realidad.
Los psicólogos sociales lo llaman "disonancia cognitiva" y es así como funciona: cuando decimos o hacemos algo que no concuerda con nuestros pensamientos o emociones, nuestro cerebro entra en "corto circuito" y busca regular el ruido que le provoca , ya sea cambiando la conducta o cambiando el pensamiento. Por ejemplo: si me veo obligada a decir que algo que en realidad no me gusta, me gusta, entonces si lo repito muchas veces, me terminará gustando. Es un mecanismo que busca librarnos de la angustia que provocan las contradicciones.
Es por esto que el hacer un "giro lingüístico" es sumamente útil para comenzar a trabajar el cambio de creencias limitantes.
Yo he podido observar en mi propia vida cómo se forman estos círculos que constituyen al final del camino nuestra realidad. Si en mi lenguaje uso expresiones como: "qué difícil" , esto refleja mi creencia arraigada de que las cosas en la vida cuestan mucho trabajo, esto por lo tanto lo proyecto a mi realidad, sintiendo mucho estrés y resistencia al realizar una tarea y por lo tanto la tarea se complica y yo puedo confirmar que "esto es muy difícil" ( la también famosa "profecía autocumplida").
Pero también existen los círculos productivos: si en lugar de decir: " tengo que" , digo : "quiero o decido" entonces eso significa que lo hago por gusto y voluntad propia, me relajo y puedo hacer las cosas con un mejor ánimo y por lo tanto, todo se facilitará y me sentiré satisfecho. O digo "decido no hacerlo" , no lo hago y me quedo en paz con mi decisión, en lugar de culpar a otros o a las circunstancias de mi estrés y cansancio emocional.
Alguno que otro estará pensando "ojalá fuera tan fácil" (eso es otra creencia, por cierto), pero les puedo decir que aunque al principio no se la crean y tengan que forzar a su cerebro a repetir esa expresión y sus acciones no se sientan tan fluidas, es importante perseverar y seguir haciéndolo. Así crearán nuevas conexiones nerviosas y "rutas" en su cerebro, que se irán fortaleciendo con el tiempo, hasta al mismo tiempo debilitar y disolver por completo las viejas rutas.
Nuestro cerebro es holgazán y siempre querrá irse por la ruta fácil , la que ya está programada y establecida, es por esto que a veces nos ganan los viejos hábitos, pero si somos perseverantes, lograremos crear nuevos hábitos, que terminaremos haciendo también en automático, la diferencia es que con estos, en vez de limitar nuestra vida, la estaremos enriqueciendo.
Prueba observar las expresiones que usas más comúnmente, indaga en las creencias que te llevan a usar esas palabras en específico y comienza a dares el giro. Es fácil, requiere voluntad y compromiso, pero funciona.
Te dejo algunas sugerencias de palabras y expresiones potenciadoras:
Yo puedo, yo quiero, yo decido. - en lugar de tengo que , no puedo, no tengo opción
Lo voy a hacer. Lo voy a lograr. - en lugar de no puedo, es muy difícil, está complicado - o lo intentaré
Tengo una situación, tengo un tema. - en lugar de tengo un problema
Tengo el hábito de... - en lugar de yo soy ( tengo el hábito de sentir flojera , en vez de: soy flojo)
Algunas veces, algunas personas, a veces, no siempre.- en lugar de siempre, nunca, todos , nadie
Es posible- en lugar de es imposible
En este momento... Hoy... - ante cualquier situación o sentimiento que esté experimentando ( en este momento está fuera de mi alcance, hoy no me es posible invertir en eso, en este momento no cuento con esa cantidad, en lugar de "no tengo dinero" o "no se puede")
Cuando esto sucede yo me siento.... en lugar de señalar o culpar a otros por lo que sentimos (cuando tú alzas la voz, yo me siento exaltada y siento que estás enojado conmigo)
No lo voy a hacer, no lo quiero hacer, no está en mis manos hacerlo - en lugar de lo voy a intentar
(para al final no hacerlo y sentirnos culpables o estresados).
La lista es infinita, lo importante es que podamos observar qué hábitos de nuestro lenguaje nos están llevando a situaciones limitantes en nuestra vida e intercambiarlos por expresiones que proyecten acción, compromiso, posibilidad, respeto y amor propio.
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