Antes de ir al grano, te quiero hacer un breve resumen de lo que significa ser altamente sensible, por si no estás familiarizado con el término. Una PAS (siglas de Persona Altamente Sensible) se caracteriza por una sensibilidad extrema que le permite percibir el mundo con más intensidad, incluyendo los aspectos positivos y los negativos. Esto es un rasgo de personalidad que descubrió la Dra. Elaine Aaron hace un par de décadas. Las PAS tienen un sistema nervioso que es mucho más rerceptivo que el resto de las personas, es decir, viven una “realidad aumentada” por así decirlo. Esta sensibilidad puede ser a nivel físico (sentir el roce de las telas en la piel, ruidos , cambios de temperatura) y también emocional. Si quieres saber más sobre esto aquí te dejo un artículo que te ayudará a introducirte en el tema https://www.elisalifecoach.com/single-post/2017/03/14/%25C2%25BFEres-una-Persona-Altamente-Sensible.
Como algunos de ustedes ya sabrán, yo soy PAS, así como muchas personas muy cercanas a mi alrededor (familiares y amigos) y el 80% de los clientes que atiendo actualmente, ya sea para coaching o terapia, comparten este rasgo conmigo.
Hoy quiero platicarte desde mi muy personal experiencia, a través de lo que yo he vivido en mi propia piel y de la experiencia que me han compartido familiares, amigos y clientes altamente sensibles.
La intolerancia es algo que ha estado presente a lo largo de mi vida, de distintas formas y en diferentes etapas, a veces más, a veces menos, pero siempre asomándose. Desde mis alergias (que son más recientes) al polvo, el frío, la intolerancia a la proteína de la leche, a ciertos alimentos dependiendo de la estación de año, hasta la intolerancia a ciertos lugares, algunos tipos de personas, determinadas circunstancias del ambiente y rematando en la intolerancia hacia mi misma y hacia mi propia intolerancia…
Antes de seguir hablando sobre esto, quiero que tengamos claro a qué me refiero con este término:
El diccionario dice que la intolerancia puede ser :
Actitud de la persona que no respeta las opiniones, ideas o actitudes de los demás si no coinciden con las propias.
"intolerancia religiosa y racial; trivializan el problema, le restan importancia, lo racionalizan y lo justifican como pueden, porque temen el rechazo y la intolerancia de los familiares"
Incapacidad de un organismo para resistir y aceptar el aporte de determinadas sustancias, en especial alimentos o medicamentos.
"intolerancia a la penicilina; intolerancia al gluten"
Mi definición mezclada sería: Incapacidad de resistir o rechazo de una persona al ambiente físico, emocional o social en el que se desenvuelve…
Eso abarca la intolerancia a nivel fisiológico, pero también emocional, psicológico y social.
Cuando digo que soy intolerante me refiero a que rechazo , me resisto constantemente a estar donde estoy, relacionarme con quien me relaciono, pensar lo que pienso, comer lo que como, sentir lo que siento…
Te voy a poner algunos ejemplos:
Cuando como queso y este me cae mal o cuando salgo a la calle y el polvo del ambiente me da alergia
Cuando el clima me maltrata la piel
Cuando voy a un lugar y me siento cansado y agobiado , porque no me gusta la “energía “ de las personas que están ahí
Cuando me enojo con otras personas porque no piensan como yo
Cuando pienso que el otro es tonto o menos evolucionado que yo porque no tiene el estilo de vida que yo considero ideal. Cuando yo me considero inferior por no llevar el estilo de vida “ideal”.
Cuando me pongo de mal humor porque tenía ciertos planes para el día y los tuve que cambiar
Cuando no quiero salir a una fiesta porque el ruido me satura y los lugares con gente me cansan
Cuando me juzgo y me reprocho por no haber hecho las cosas como yo esperaba
Cuando quiero cambiar mis circunstancias de vida o algunos aspectos de mi personalidad o de los demás para estar mejor.
Cuando estoy en una conversación que no tiene nada que ver con lo que yo pienso o vivo y entonces me canso, enojo, decepciono o me alejo.
Todos estos son signos de intolerancia. La intolerancia es básicamente resistencia y lo que causa la resistencia en tu vida es fatiga crónica.
La mayoría de las PAS sufrimos de fatiga crónica o al menos el cansancio está bastante presente en nuestra vida. Tanto que algunos piensan que es una característica intrínseca del rasgo. En realidad no es así, el cansancio extremo es producto de una mala gestión de nuestro rasgo, esto significa cuando no sabemos manejar nuestras emociones y sensaciones adecuadamente y entonces nos sobre saturamos, tenemos una sobre carga emocional o de estímulos sensoriales que hace que entremos en corto circuito y seguimos funcionando en nuestro día a día arrastrando ese cansancio , de forma que se acumula hasta llevarnos a la fatiga.
¿ Tomando en cuenta esta definición y ejemplos: tú te consideras intolerante o has sido intolerante en alguna etapa de tu vida y te consideras una Persona Altamente Sensible?
Así como el cansancio, la intolerancia que lo provoca, no es un rasgo intrínseco de la alta sensibilidad, sin embargo, si es una característica muy común entre las PAS. Tiene que ver con el hecho de que al percibir los estímulos del exterior de forma mucho más intensa, somos más susceptibles a los cambios del ambiente y por lo tanto, puede ser que algunos estímulos sensoriales (ruidos, olores, luz, sensaciones táctiles) y circunstanciales (personas, acontecimientos, situaciones sociales) nos afecten de forma mucho más profunda que al resto de las personas. Esto incluye situaciones traumáticas, que si de por sí para una persona no altamente sensible son impactantes, pues para una PAS mucho más. Las PAS solemos ser más propensas a vivir con síndrome de estrés post traumático.
Si combinamos nuestra alta sensibilidad, con una crianza en donde no se nos enseñó a manejar adecuadamente nuestras emociones o los cambios del ambiente o en la que ser muy sensible y expresar esa sensibilidad eran signos de debilidad, es muy probable que te conviertas en una PAS intolerante. Es decir, una persona altamente sensible que a menudo huye y se resiste a vivir situaciones que ya sabe o cree que de antemano le van a generar mucho dolor emocional, cansancio físico, desgaste , desilusión, etc…
Claro que es perfectamente normal querer escapar de situaciones que crees que te van a hacer daño, es parte nuestro instinto de supervivencia, el problema es cuando esto se saca de proporción, ya que muchas veces esa amenaza que hace que nos alejemos , está en nuestra cabeza o tal vez se nos olvida considerar otras opciones para encarar las situaciones que el rechazarlo y alejarse.
Quiero contarte cómo funciono y funcionaba yo, para que puedas ver si te sientes identificado con algunas cosas y entiendas para dónde va la conversación.
Yo crecí en una familia en donde mis dos papás (a quienes amo y entiendo) son intolerantes, cada uno hacia distintas cosas y cada quien en sus familias de origen también vienen de patrones de intolerancia, a veces encubierta pero muy real. Crecí desarrollando de forma muy inconsciente ese patrón, en el que hagas lo que hagas nada es suficiente, siempre pudiste haber hecho algo mejor o diferente y aprendí que pensar eso de otros y de mi misma era muy normal.
Mi hermana y yo somos PAS, creo que dentro del espectro estamos en lo más alto de la alta sensibilidad y aunque mis papás también son sensibles, crecieron en ambientes en donde la alta sensibilidad era vista como locura o debilidad, entonces aprendieron a enmascarar algunos aspectos de su personalidad. La crianza que tuvimos como hijas era así: si yo no quería ir a una fiesta infantil de pequeña, me sentía presionada a ir y recibía un sermón de mi papá de que “no es normal que una niña no quiera ir a una fiesta , tenés (porque es nicaragüense) que ir a divertirte”, o si me sentía triste por haber peleado con una amiga mi mamá me decía que no llorara por tonterías, que había cosas más importantes por las que preocuparse.
Mi abuela paterna era una mujer que rara vez se mostraba vulnerable o emocional, era el ejemplo de “ecuanimidad” de la familia y la brújula para nuestro propio comportamiento, situación que ejercía una presión enorme en mí, cada vez que me pasaba algo y yo sentía que estaba “exagerando”, me preguntaba ¿qué haría la Mamina? Y la respuesta era siempre lo opuesto a lo que mi reacción natural dictaba, lo cual hacía que me juzgara muy duramente y creaba una resistencia a ser quien soy. Por otro lado mi abuela materna fue una mujer extremadamente sensible, tanto que podía percibir energías de otras dimensiones, cambios sutiles de la tierra, el clima, las estaciones del año , etc... pero que era vista por muchos como "loca". Así que tenía los dos polos, uno en el que la sensibilidad no era permitida y se bloqueba y el otro donde era tanta la sensibilidad expresada que era tachada de trastorno psicológico. Cualquiera de las dos partes de igual forma me llevaban a negar mi verdadera esencia ya fuera por ser signo de debilidad o de desequilibrio. Yo quería poder expresarme abiertamente , pero al mismo tiempo temía ser tachada de débil o trastornada... Vivía en una total contradicción de todo lo que tuviera que ver con mi naturaleza.
Cuando llegué a la adolescencia esos juicios que apuntaban hacia mi, los volví al exterior , vivía con una sensación de victimismo y de enojo que me hacía ver al mundo entero como mi enemigo. Como yo no me quería y aceptaba a mí misma, tampoco quería y aceptaba a los demás, me sentía rechazada y por lo tanto rechazaba… Todos mis compañeros de clase pasaban por mi ojo acusador por ser tontos, vacíos, machos, etc.. la lista era muy larga, mis amigas tampoco se salvaron… Mis reacciones ante cualquier acontecimiento eran exageradas y claro los demás me retroalimentaban diciéndome que era muy sensible, que todo me afectaba, que dejara de ser tan intensa. Rechazo (personal) sobre rechazo (de los otros). Fui construyendo mi gran muro de la intolerancia.
Aunque al pasar la adolescencia mis hormonas se calmaron un poco y la intensidad de mis reacciones y sensaciones bajaron, seguí enfrentándome a situaciones similares en la universidad, en los trabajos que tenía, con mis amigos y parejas. Me fui sintiendo una víctima de las circunstancias y la barrera de la intolerancia se hacía cada vez más ancha.
Uno de mis principales mecanismos fue el de alejarme, dejar de salir, evitar ir a reuniones o lugares, evitar personas “indeseables” y la barrera de la intolerancia siguió creciendo… Se manifestaba también como alergias o indigestiones, mi cuerpo también reflejaba esa resistencia hacia la vida , pero sobre todo hacia mí misma.
Cuando descubrí que existía el rasgo de la alta sensibilidad mi alma respiró, porque entendí que muchas de las cosas que sentía y de las dificultades que había tenido a lo largo de la vida eran precisamente debido a un rasgo mal gestionado que en mi caso se manifestaba en rechazo y resistencia total a todo y a todos… Sin embargo, al principio mi mente se fue a hacer una distinción que tampoco fue buena, ahora estaba el mundo insensible de un lado , con sus villanos poco empáticos y nosotros, las flores delicadas y maravillosas que nadie entendía (más intolerancia).
Ahora ya podía detectar por qué no quería ir a reuniones o a supermercados con mucha gente, pero seguía poniendo el problema fuera de mi y evitando mancharme de las “energías negativas de quienes vibran bajo", poniendo un muro entre mi vida y el resto del mundo.
Ahora entiendo que esto no es más que una ilusión, en el mundo no hay sólo villanos y héroes, no todo es blanco y negro y al ponernos a nosotros mismos en la posición de víctimas, no hacemos más que ceder el control de nuestras vidas a otras personas o a las circunstancias.
Comprendo que mi intolerancia se desarrolló como un mecanismo de defensa a un mundo que en su momento tal vez si fue hostil conmigo y con mi sensibilidad, pero estoy comenzando a darme cuenta de que ese mecanismo ya no me funciona más, más bien me hiere y me aleja de la vida que realmente he venido a experimentar.
Sigo siendo intolerante y estoy consciente de que va a ser un trabajo arduo y largo, pero estoy decidida a atacarlo con paciencia y amor a mi misma y a todo lo que me ocasiona resistencia. Porque la resistencia no se puede combatir con más resistencia, obviamente. Hay que combatirla con tolerancia y compasión a nuestra propia falta de compasión e intolerancia.
No tengo una fórmula de sencillos pasos (hay pasos pero no son tan sencillos) para trabajar como PAS en la intolerancia , sólo te puedo compartir el camino que yo he recorrido (que no ha terminado) y la experiencia de algunos amigos y clientes.
Acepta y ama tu rasgo de alta sensibilidad como parte de ti (ni buena ni mala, sólo parte de tu esencia)
Recuerda que ser intolerante no es una característica del rasgo, sino más bien un producto de un rasgo mal gestionado.
Observa: qué patrones de tu crianza te llevaron a desarrollar los mecanismos de intolerancia y resistencia, acepta que en algunas circunstancias de tu vida estás siendo intolerante.
Trabaja sanado esos patrones, perdona y entiende de dónde vienen tus padres o las personas que te criaron, cierra ciclos.
Perdónate a ti mismo por el daño que te has hecho
Recuerda que en esta vida no sólo hay santos y demonios y sal de tu papel de víctima.
Acepta y observa qué partes de ti también son “tóxicas” para ti mismo y para los demás.
Arriésgate a salir a algunas situaciones o a exponerte a personas y lugares que te generen resistencia (poco a poco, empieza por los que se te hagan menos incómodos), siempre poniendo y respetando tus límites y los de los demás.
Desarrolla patrones y mecanismos saludables para enfrentarte al mundo, como la comunicación asertiva, el amor propio, los límites sanos…
Tolérate, aun cuando sigas siendo intolerante, ámate aun cuando no hayas llegado a tu meta deseada, acéptate aun cuando te caches a ti mismo cayendo en viejos patrones.
Como podrás ver, te dije que no eran sencillos pasos, cada uno lleva su tiempo y es un proceso que abarcará gran parte de tu vida, pero que vale totalmente la pena ya que al soltar tus resistencias podrás vivir una vida más plena, sin juicios, aprenderás a convivir mejor con quienes te rodean e incluso a manejar mucho mejor a las personas y relaciones “tóxicas” y verás a tu cansancio irse desvaneciendo poco a poco.
Como te dije esto no es un receta de cocina, cada historia es distinta y hay diferentes caminos para el desarrollo del amor propio. Así que si tienes alguna experiencia con este tema, te invito a que me escribas y lo compartas conmigo, yo con gusto lo publicaré en el blog para que llegue a más personas y todos podamos beneficiarnos.
Mi correo es : elisavlifecoach@outlook.es
Gracias por leerme y espero que estas palabras te sean útiles en tu camino interior.
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Si te parece que puedes ser una Persona Altamente Sensible, aquí te dejo el link a un test que desarrolló la Doctora Elaine Aaron, una de las principales investigadoras de este rasgo:
A continuación te dejo unos links a artículos con información complementaria:
Espero esta información te sea útil. Comparte y comenta si así fue.
Con cariño: Elisa, tu Life Coach.
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